Diseñar para vivir

El documental "Eames: The Architecture and the Painter" nos cuenta como el trabajo de Charles y Ray Eames trascienden los límites tradicionales de la arquitectura con temas como el diseño mobiliario y la producción audiovisual. Con este gran ejemplo podemos plantearnos que el diseño nos puede servir para resolver problemas humanos. A su vez, también nos enseña lo importante que es hacer de este proceso uno colaborativo e interdisciplinario. Estos enfoques nos ayudan, a los futuros arquitectos, a entender que no sólo somos creadores de objetos sino también diseñadores de experiencias.

Los Eames centraron sus diseños en la idea de combatir las necesidades reales de las personas. En el documental nos muestran que pudieron hacer sillas y juguetes cómodos, accesibles y duraderos sin sacrificar la "belleza" del producto. Esta visión se puede interpretar como un acto de empatía, ya que busca resolver problemas concretos del usuario.

En su trabajo, Charles y Ray rompían con las jerarquías tradicionales del proceso de diseño. Buscaban promover una metodología colaborativa, de tal manera que artistas, ingenieros, diseñadores gráficos y cineastas trabajaran juntos. Esto permitió la recolección de distintas perspectivas, enriqueciendo el proceso creativo y ampliando así las posibilidades del resultado final. A diferencia de lo que muchos piensan, colaborar con otras disciplinas no debilita la autoridad del arquitecto, sino que fortalece la calidad del producto.

Nuestro rol como arquitectos es entender que nuestro trabajo va más allá de un objetivo, debemos tomar muchos más aspectos en consideración. En el mundo en que vivimos es imprescindible disponer de modelos como los de los Eames, que resultan más funcionales. Al fin y al cabo, el enfoque centrado en las personas, la apertura a la colaboración y el rechazo hacia los límites entre disciplinas son las mejores maneras de diseñar.