Identidad y contexto en el gesto arquitectónico

El gesto arquitectónico va desde la primera idea que surge al planificar un proyecto hasta como se relaciona con el entorno en donde está ubicado. Naturalmente, el arquitecto expresa su identidad y lenguaje a través de sus diseños. El contexto sociocultural, a su vez, influye en la idea que se va generando. Por ende, crear un espacio es mezclar el conocimiento de la realidad con la posibilidad de transmitir un mensaje de forma diferente a la que estamos acostumbrados.

Siendo nuestros proyectos una imagen de presentación, es importante ser fieles a nosotros mismo. A través de la arquitectura, podemos reflejar nuestra identidad y dar a conocer información que no mostramos al interactuar con otras personas. Los proyectos, de cierta manera, deben reflejarnos; ser espejo de nuestro pensar y sentir.

Al mismo nivel de importancia, podemos ver el gesto como respuesta sensible al contexto. Podemos demostrar como el proyecto arquitectónico, siendo reflejo de nuestra personalidad, se relaciona con la naturaleza, que podría interpretarse como la sociedad. Así que es como una conversación entre una idea y todo un mundo que la rodea.

En conclusión, el gesto arquitectónico es el balance entre el individuo y el espacio; entre la idea y el contexto sociocultural. Es el conjunto de pensamientos sensibles e ideas abstractas que nos ayudan a crear cosas con sentido. Como vimos, el gesto es un gran ejercicio de interpretación y exploración individual que también se puede llevar a cabo en conjunto con otros seres que hayan vivido experiencias similares; haciéndolos sentir identificados de alguna forma en particular con el proyecto.